Certificación de edificios
Hoy es un problema común que se produzcan anomalías incluso en los edificios recientes, ya sean residenciales, ya sean de servicios. Estas anomalías se traducen, generalmente, en costes directos o indirectos para los usuarios, que ven comprometida la funcionalidad y la seguridad de sus espacios, para el promotor, cuya imagen de calidad de la obra sale perjudicada y para el constructor, que soporta, en general, los costes de reparaciones necesarias al amparo de la garantía de la obra.
De hecho, se han constatado a partir de diversas inspecciones a edificios recientes las innumerables anomalías debidas a errores de construcción o debidas a errores u omisiones en el proyecto.
Deformación excesiva de una losa en ménsula. |
Grieta en una pared debida al asentamiento diferencial. |
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En este contexto, surge un servicio de certificación de edificios que se propone hacer un seguimiento de la obra desde la fase de proyecto hasta la fase de inicio de utilización con el fin de reducir los costes futuros asociados a los errores y defectos de las construcciones nuevas.
En la fase inicial del lanzamiento del servicio, los puntos a analizar inciden sobre todo en la estructura y coberturas. En una fase posterior, los elementos a inspeccionar y a certificar deberán ser más amplios, e incluirán las instalaciones y sistemas, los acabados, etc.
Este servicio se destina esencialmente a los promotores inmobiliarios, a quienes les ofrece ventajas objetivas asociadas a la promoción de la imagen de calidad de la obra. Los consumidores finales también salen beneficiados, toda vez que invierten en una construcción de calidad comprobada, salvaguardando su inversión, mientras que los constructores ven reducidos los costes finales asociados a los errores y defectos, toda vez que estos se corrijan en la fase de proyecto o incluso en la fase de obra.
El servicio está compuesto por varias fases
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Infiltración en una pared exterior. |